El intento de asesinato a Antonio Cubillo
Así contaba Antonio Cubillo la experiencia de la tentativa de su asesinato por parte del estado español.
Tarde-noche del miercoles 5 de abril de 1978, Argelia. Ese día el gobierno español daba orden de asesinar a Antonio Cubillo.
Antonio,
en su obligado exilio huyendo de las leyes colonialistas espanolas,
llegaba a su residencia en un piso de la avenida de Pekín, en la
localidad argelina de Almuradieh. En el siguiente enlace podrás visitar dicha avenida: Avda Pekín
Iba a tomar el ascensor cuando
"Aparecieron dos personas vestidas de negro. Los saludé en francés.
Pero, de repente se abalanzaron sobre mí", recuerda, para añadir. "Uno
me cogió por detrás, mientras el otro me rajó literalmente con una
navaja de arriba abajo".
De esta forma tan vil y miserable era
apuñalado por dos mercenarios de los servicios secretos del gobierno
espanol, el Secretario general del MPAIAC, Antonio Cubillo, Padre de la
Patria Canaria.
"...Menos mal que en ese momento entró un vecino del cuarto, que se llamaba Okpi, un funcionario que medía dos metros.
Yo caí varios escalones, los dos agresores huyeron y Okpi me atendió. Recuerdo perfectamente que se me salieron las tripas y que yo mismo las sujeté y me las metí".
Cubillo se salvó, como él mismo dejó claro, "además de por la irrupción de Okpi en el edificio, porque aquella tarde se televisaba el partido de fútbol entre las selecciones de Argelia y Hungría y no había apenas nadie en la calle. La ambulancia pudo evacuarme a tiempo al no haber tráfico".
"Me quedé muy jodido, claro. Llevo desde entonces valiéndome de muletas por una parálisis parcial. Pero mire, aquí sigo".
La agresión que en un principio es silenciada por el gobierno argelino durante 72 horas mientras ordenaban detener a todo español que viviera en Argel. En Canarias el intento de asesinato es conocida tras ser difundida tres días después por la agencia, France Press.
Antonio León Cubillo Ferreira, líder del Movimiento para la Autodeterminación y la Independencia del Archipiélago Canario (Mpaiac), resultaba herido de gravedad al ser atacado por dos mercenarios contratados por el Gobierno español ocasionandole una paraplejia de la que nunca se recuperaría, obligándole a desplazarse en silla de ruedas.
Los independentistas,
capitaneados por Cubillo, habían abierto las vías política y terrorista
tres años atrás, en un periodo de máxima tensión nacional: Franco había
muerto, el país se enfrentaba a los murmullos continuos de los sables
golpistas y, mientras, completaba una complicada transición hacia la
democracia.
Aunque las decenas de atentados de las
autoproclamadas Fuerzas Armadas Guanches fueron más bien esporádicos y
apenas pasaban de causar daños materiales, esta actividad empezó a
despertar preocupación entre las autoridades gubernativas. En medio,
Argelia, agraviada por la decisión de España de vender el Sáhara
Occidental a Marruecos y Mauritania, decidió responder dando cobertura
al Mpaiac y autorizando las emisiones de la emisora de radio La Voz de
Canarias Libre, dirigida por el propio Cubillo desde Argel.
Pero el hecho que hizo saltar las alarmas fue el proceso de descolonización iniciado por Cubillo con el apoyo de gran parte de los estados de la Organización de la Unidad Africana (OUA). De hecho, dos días después del atentado frustrado el líder del Mpaiac tenía previsto encontrarse en Roma con el ministro de Exteriores de Camerún y entonces secretario general de la OUA, William Eteki Mboumua, para desplazarse ambos a Nueva York a fin de exponer el caso de Canarias ante el Comité de Liberación de la ONU, que debía declarar el Archipiélago "territorio no autónomo".
"Siempre digo que nací aquel 5 de abril de 1978", comentaba Antonio en el año 2008.
Operación Tierra Nueva
En
el verano de 1990, José Luis Espinosa Pardo, un confidente de la
policía española reclutado por el Ministerio del Interior, fue condenado
por la Audiencia Nacional a 20 años de cárcel como organizador del
frustrado asesinato de Antonio Cubillo, dentro de la que se denominó
Operación Tierra Nueva.
Sin embargo, Espinosa no pasó más de
seis años encarcelado. Lo organizó con el apoyo de los servicios
secretos alemanes (el Gobierno alemán quería defender sus intereses en
Canarias) y reclutó a los mercenarios Juan Antonio Alfonso González
(antiguo militante del FRAP) y José Luis Cortés Rodríguez. Ambos fueron
detenidos horas después del atentado y juzgados por el Consejo de
Seguridad del Estado de Argelia. Alfonso, autor material, fue condenado a
muerte y Cortés, a 20 años de prisión.
Luego fueron indultados
y, después de pasar siete años en la cárcel, quedaron en libertad.
Cubillo recordó que los dos "siguen vivos" y que Alfonso intentó pedirle
perdón durante el proceso judicial. "Lo escuché, pero no le di la
mano", recuerda.
Antonio tendría que esperar hasta 2003 para que la Audiencia Nacional reconociera y aprobara el infame atentado por parte del estado español concediendole una indemnización a su favor de 150.253,03 euros por la acción terrorista.
La voz de Antonio Cubillo
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