sábado, 10 de octubre de 2009

El corsario Amaro Pargo - 1678 - 1747 Primera parte










EL CORSARIO AMARO PARGO
Primera parte 
De su nacimiento, niñez y  juventud 

      Amaro Rodríguez Felipe, el corsario Amaro Pargo , nació el 3 de mayo de 1678 (Siglo XVII) en El Archipiélago Canario (más concretamente en  el barrio de Machado en el municipio del Rosario, isla de Tenerife).  Su madre fue Beatriz Tejera Machado y su padre Juan Rodríguez Felipe.



      Su padrino de bautizo fue Amaro López, siendo bautizado por el padre Manuel Hurtado Mendoza, en la iglesia de los Remedios de La Laguna, siendo su padrino Amaro López. Tuvo siete hermanos, tres de ellas monjas del convento de Santa Catalina. Amaro murió  soltero el 4 de octubre de 1747 a la edad de 69 años. (Este mes se celebra el 262 aniversario de su fallecimiento y ni un solo organismo oficial canario lo ha recordado) ¡ Que pena ! ¿no?.

Esta iglesia en la actualidad se la conoce como "La Catedral de la Laguna" aunque su nombre completo es "Iglesia Catedral de Nuestra Señora de los Remedios", pues el templo fue edificado en varias fases sobre la antigua Iglesia de los Remedios (siglo XVI), convirtiéndose en Catedral en 1.819 al establecerse en La Laguna la nueva diócesis. 

      La iglesia inicial era mudéjar, pero sufrió numerosas reformas posteriores (en 1618 se añadió la torre izquierda, en el XVIII se edificaron varias capillas interiores y en 1916 se añadió la torre derecha). La iglesia actual es neogótica, con tres naves y bóvedas de crucería, construida entre 1904 y 1915 según diseño del arquitecto Rodrigo de Villabriga.

      En su interior alberga un importante patrimonio artístico, especialmente el retablo en madera policromada del XVII de Nuestra Señora la Virgen de los Remedios (Patrona de La Laguna), un púlpito de mármol de Carrara del XVIII, y la imagen de Nuestra Señora de La Luz, pero hace unos cuantos años detectaron graves daños en la cubierta que han obligado a su cierre, por seguridad. Así que  la reparación, como todas las grandes obras del patrimonio cultural de mi tierra, se eternizará pues a pesar de haberse adjudicado las obras, tienen problemas con los fondos que han de llegar del gobierno central y eso que esta catedral está declarada Monumento Histórico del patrimonio español. Toda una lástima ¿no crees?.

      Su niñez y juventud estuvo muy influenciado por la piratería en la isla de Tenerife a cuyas costas solían fondear, desde la época guanche, barcos en busca de agua potable o algún pueblo para realizar actos de rapiña y pillaje. La Laguna fue la primera capital que tuvo la isla y las noticias de las aventuras de los piratas le llegaban continuamente a sus oídos. 


      Por esa época, los piratas solían utilizar la costa de la isla para esconder sus barcos de la justicia entre las calas y acantilados, muy abruptos, los cuales les servían de refugio en caso de huída.


      El Océano Atlántico, el mar de Canarias, estaba plagado de bucaneros sedientos de joyas y ricas alajas de los barcos que venían al archipiélago, cargados de riquezas, en dirección al Nuevo Mundo. Estas tierras eran la última que el marino de la época pisaba antes de emprender viaje a las Américas. El Océano Atlántico era surcado por  barcos de adinerados comerciantes que se dirigían a vender sus productos en el Nuevo Continente.  


      Por ello, y para evitar el pillaje en los pueblos de la costa, la zona de Santa Cruz de Tenerife se llenó de castillos fuertemente armados que esperaban, con sus piezas de artillería cargadas, el momento de repeler a esos bucaneros.
      
     
      Muchas veces los piratas, cuando se enteraban de la proximidad de algún barco negrero que transportaban esclavos de Africa  para llevarlos a trabajar a los campos de America, los que  atacaban, sin piedad, para luego liberarlos.




      Pocos barcos eran los que, cargados con especias y ricas sedas llegaban y salían de Canarias, no recibían el abordaje de alguno de aquellos piratas que enarbolaban la bandera negra con la calavera y las tibias cruzadas.


      Amaro Rodríguez, en lo más alto de las montañas del Rosario soñaba con ser, algún día no muy lejano, miembro de algún barco y surcar los mares. El no sabía cuan próximo estaba de hacer realidad esos sueños.



     





Ilustradores: Victor Hubinon y Ambrós.

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