viernes, 29 de enero de 2010

El Mencey Bencomo - Capitulo II - Alonso Fernandez de Lugo

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El Mencey Bencomo
Alonso Fernandez de Lugo
Capitulo II

      Corría el año de 1494, la presencia evangelizadora europea crecía por momentos. A la isla solían llegar gentes de todo tipo: comerciantes que canjeaban cuchillos, alajas y telas por queso de cabra y alimentos, piratas que venían a saquear pero llevaban ya varias años que solían visitarlos unos personajes con una forma de pensar diferentes a los demás, eran monjes que comenzaron su cristianización por el sur de la isla de Achinech (Tenerife) desde hacía muchos años. Pocos eran los que se atrevían a desembarcar en las peligrosas costas del norte de la isla y allí residían los guanches más recelosos pues nunca, o muy pocas veces, recibian visitas de otras civilizaciones.  Pero la peor de estas "visitas" estaba aún por llegar: Alonso Fernandez de Lugo.




      La isla se  encontraba inmersa en un conflicto tribal entre los diferentes menceyes.  Bencomo pretendía constituir un poder hegemónico en toda la isla para prevenir cualquier invasión exterior, debido a la contínua visita de naves europeas, lo que produjo un enfrentamiento entre los menceyatos del sur, de menor riqueza ecológica.



1 de Mayo de 1494

      El 1 de Mayo de 1494, Alonso Fernández de Lugo  desembarca las tropas castellanas en la playa de Añazo (Santa Cruz de Tenerife)  justo en lo que hoy es la desembocadura del Barranco de Santos y en el antiguo barrio del Cabo.  Venían 15 bergantines cargados con mil hombres, caballos y pertrechos de guerra. Venía, pletórico, de la isla de Benahoare (La Palma en español). Casi un año, 1493, le había costado someterla pero ya la había conquistado para la Corona de Castilla.  Ahora le tocaba el turno a la gran isla del volcán, Achinech, (la "Gran Montaña Blanca" en español). Sabía que la tarea no sería nada fácil por la belicosidad de sus habitantes, pero ahí estaba, para intentarlo. Para conseguir su objetivo traía consigo, desde la isla de Tamarán ("Gran Canaria" en español) a varios isleños Canarii para que le sirviesen de mediadores.

      Los navíos permanecieron al pairo a media jornada y una vez entrada la noche deciden desembarcar pues querían evitar cualquier ataque aborigen durante el día.
 
      A toda prisa llevan a tierra hombres, 150 caballos, armas, víveres y todo el material necesario para sus planes de conquista.

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      En las maniobras de desembarco, una nao llamada "La Garrida", propiedad de unos vecinos de Palos de Moguer (Diego y Cristóbal Garrido), encalló en los fondos rocosos de las playas de Añazo hundiendose posteriormente.

      Tras este desembarco apresurado, y ya amaneciendo, los expedicionarios castellanos se encaminan hacia el márgen derecho del actual Barranco de Santos, estableciendo el de Lugo su campamento en una zona cercana a la playa a un lado del mencionado barranco.  El suministro de agua a la tropa ya no era problema ofreciendo también, este emplazamiento, la posibilidad de una rápida huida hacia los navios fondeados muy próximos al lugar donse se encontraba el campamento. 





      Ya amanecido, Alonso enterró la cruz de la conquista en el suelo y tomó posesión de la isla en nombre de los Reyes Católicos.  Mientras esto ocurría, sigilosos ojos  lo observaban todo desde lejos. Los guanches, asombrados y asustados por el lujo de las armas y armaduras así como por los vistosos colores de las banderas, vieron cómo comenzaron la construcción de la "Torre de Santa Cruz" para cuya  edificación se utilizarían, junto con los materiales desembarcados, los recogidos en el suelo isleño; igualmente se excavarán trincheras, se levantarán empalizadas y todo tipo de obras destinadas a garantizar la seguridad del ejército invasor todo ello muy cerca de la actual plaza de San Telmo. El campamento estaría finalizado en tres días, el 3 de Mayo de 1494.




      Las noticias le llegaron, en pocas horas, a la cueva de Bencomo. Lo que tanto había temido se estaba produciendo: una invasión armada en su isla.




      Con los extrajeros venía el guanarteme Tenesor Semidán de la isla de Tamarán (Gran Canaria). Guanarteme es como se denominaba a los Menceyes en la isla vecina.  Tenesor había sido bautizado con el nombre de Fernándo de Guanarteme  y había accedido a acompañarlos para así parlamentar con los menceyes de Achinech. eso demuestra que existió un idioma común a todos los antiguos canarios. 




      Juan de Bethencourt Alfonso escribiría sobre este hecho:

«Mientras las tropas se ocupaban con febril actividad a ponerse al abrigo de un golpe de mano, dispuso el general en la misma mañana que el capitán de a caballo Gonzalo del Castillo, con 20 jinetes y 30 peones, practicara un reconocimiento hasta la vega de la laguna, de donde retornó con algún ganado que pudo apresar; a la vez que dio la comisión al ex rey de Canaria D. Fernando Guanarteme, fuera a requerir a Beneharo, mencey de Anaga, del que estaba desconfiado se le incorporara en virtud del tratado secreto que tenían; no enviando ningún recordatorio a Añaterve de Güímar por haber recibido una embajada de salutación»



CONTINUARÁ 


     





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