Añaterve
El Mencey Bencomo
El traidor Añaterve
Capitulo V
5 de Mayo de 1494
Tras el encontronazo con Imobac Bencomo a la altura de Gracia, Fernández de Lugo hizo levantar al día siguiente, 5 de Mayo, el campamento de Gracia y retrocede de nuevo al Real de Santa Cruz donde manda reforzar el atrincheramiento. También manda talar los árboles que rodeaban el Real de Santa Cruz, a una distancia de tiro de arma de fuego.
Aún después de lo mal que salió parado después del encontronazo con Imobac Bencomo, Fernández de Lugo continuó con su empeño de conquistar todo el norte de la isla pues sabía que contaba con el apoyo del mencey Añaterve y varios menceyes más, así que por el Sur estaba seguro de no correr peligro.
Desde el punto de vista estratégico la conquista de Aguere era de vital importancia para el avance en la conquista de toda la isla. Manteniendo el Real de Santa Cruz como base de operaciones y además posibilitaba una retirada estratégica en caso de una derrota, ya que contaba con la flota fondeada en la bahía.
Bencomo, tal vez recordando las profecías del Chamán Guañameñe, deció convocar al Tagoror ("reunión" en español) a todos sus hermanos , los menceyes
- Acaymo (de Tacoronte),
- Belicar (de Icod),
- Romen (de Daute),
- Pelinor (de Adeche),
- Adjoña (de Abona),
- Tegueste (de Tegueste),
- Beneharo (de Anaga),
- Tegueste (de Tegueste),
- y Zebenzuí ( el principe de lo que actualmente se conoce como "Punta del Hidalgo").
Acordaron pactar una unión de territorios para defender la zona norte de la isla contra los españoles. Solo faltó Añaterve (de Goymar) despreciando con ello la petición de Bencomo no asistió al Tagoror. De todos eran conocidas las rencillas y rivalidades que mantenía con su hermano mayor y para vengarse de él decidió unirse a la causa de los invasores.
Esto preocupó y disgustó profundamente a los demás hermanos, ya que según la tradición, en estas ocasiones se debían a la defensa de la tierra y cualquier tipo de disputa o guerra era olvidada en beneficio de la defensa de sus tribus y su tierra.
En el Tagoror solían reunirse los ancianos y menceyes para tomar
deciciones que afectaban a su pueblo. El Tagoror lo dirigía un Guañameñe
sentado en la roca del centro.
En el Tagoror discutieron desde la mañana hasta altas horas de la noche. Habian posturas encontradas y mientras que algunos hermanos querían la paz con los castellanos otros hermanos consideraban esa paz como la pérdida de la libertad.
La postura de "no negociación" con el invasor por parte de Imobac puso en su contra a una buena parte de sus hermanos, pues consideraban que las ambiciones de poder de Bencomo no tenían límite y que por ello sus menceyatos corrían peligro.
El Tagoro se disolvió separándose los menceyes, enemistados y más recelosos unos de otros. Solo algunos pactaron mantener la fidelidad a Bencomo y decidieron plantear la guerra a los invasores castellanos. Las opiniones estaban tan divididas que hasta el hijo de Tegueste, el príncipe Zebenzuí, optó por apoyar las tesis de Imobac Bencomo en contra de su padre, demostrando con ello la división creada en el menceyato paterno.
En aquel pacto histórico no pudieron integrar a los menceyatos del sur de Tenerife debido al público rechazo que sentían hacia su hermano mayor, Bencomo.
Menceyatos que propugnaban la paz negociando con los castellanos:
- Adjoña (Fasnia, Arico, Granadilla de Abona, San Miguel de Abona y Arona).
- Pelinor (Guia de Isora, Adeje y Vilafolor).
- Romén (Los Silos, Buenavisa del Norte y Santiago del Teide).
- Pelicar (San Juan de la Rambla, La Guancha e Icod de los Vinos).
- Añaterve (Güimar).
Menceyatos que propuganaban la guerra contra los castellanos:
- Bencomo (de Tahoro).
- Acaymo (de Tacoronte).
- Tegueste (de Tegueste).
- Beneharo (de Anaga).
- y Zebenzuí, que representaba a lo que actualmente se conoce como "Punta del Hidalgo".
Ante la oferta de Bencomo, éstos alegaron que se defenderían por sí solos pues veían lejano el peligro en sus fronteras y que cuando los invasores llegaran a sus tierras, sabrían actuar acorde a sus fuerzas para defenderse. De esta forma quedaría dividida la defensa de la isla. Posteriormente estos menceyatos preferirían pactar con el invasor a luchar por su libertad.
El 6 de mayo de 1494 el mencey de Goymar, Añaterve, por consejos del fraile Antón un jóven guanche tomado prisionero unos años antes en las costas de Adeche que fue cristianizado y utilizado como intérprete en la invasión, llegaba a un pacto de no agresión con Alonso de Lugo.
Esa actitud de "sumisión ante el enemigo" aceleraría la esclavitud de todo su pueblo incluyendo la de ellos mismos dejando claro que Alonso Fernández de Lugo no mantenía sus promesas.
CONTINUARÁ
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