El Mencey Bencomo
El Real de la Santa Cruz
Capitulo III
Según narra Juan de Bethencourt Alfonso, existieron encuentros secretos entre los menceyes de Goymar, Anaga y Alonso Fernández de Lugo meses atrás para preparar el recibimiento de los castellanos. Gracias a estas reuniones Alonso se enteró de las malas relaciones existentes entre los diversos menceyatos de la isla y creía que, si se ganaba el favor de la gran mayoría, le resultaría más fácil invadir la isla. También se enteró de la existencia del Mencey Mayor, Imobac Bencomo Mencey de Tahoro, que gobernaba con mano férrea los territorios más ricos de toda la isla y también se enteró que las relaciones que existentes entre estos menceyatos con Bencomo no eran muy buenas motivado, especialmente, por el ansia de poder y riqueza de sus hermanos. Pero también se enteró que Bencomo, era el mayor de todos sus hermanos Menceyes y a quien su pueblo le tenía muchísimo respeto.
2 de Mayo de 1494
El día 2 de Mayo Añaterve, mencey de Goymar (el sur de la isla y actualmente conocido como Güimar, en español) y Beneharo, el mencey de Anaga (al noreste de la isla) aceptaron entrevistarse nuevamente con el representante de Fernández de Lugo, Tenesor Semidán (rebautizado como Fernándo de Guanarteme) y conocer de cerca sus intenciones. A estos dos hermanos de Bencomo tal vez les "picó" la curiosidad el conocer nuevas culturas y a esos extraños hombres recién llegados de no se sabe dónde o tal vez creyeron, ingenuamente, que vendrían como amigos y no para hacer la guerra.
Nunca se sabrá qué propuestas y promesas fueron las que ofreció Fernández de Lugo lo cierto es que Beneharo, viendo peligrar su tierra, decidió romper con las negociaciones y con cualquier tipo de pacto y ponerse a la defensiva contra los castellanos y a favor del Mencey Bencomo, pero Añaterve las mantuvo en contra de Bencomo aunque no dió a Lugo su total apoyo y prefirió quedarse a la espera de acontecimientos no queriendo tomar iniciativa ninguna que pudiese causar daño a ningún habitante de Achinech. Los cronistas de la época escribieron que tanto Beneharo como Añaterve tenían disputas con Bencomo porque éste cobraba "impuestos" abusivos por dejar pastorear en sus tierras. Cosa muy estraña pues es sabido que toda la zona centro de la isla era de libre acceso para todos los pastores.
Por deseos de Fernández de Lugo, Fernándo de Guanarteme habla nuevamente con el Mencey de Anaga, Beneharo, y consigue convencerlo de que asista a otra entrevista en el campamento Castellano.
La reunión fue muy tensa y Beneharo, ya con las ideas claras, rechazó todo tipo de propuesta castellana. Nunca se supo ni se sabrá qué se discutió en el campamento, lo que sí nos ha llegado hasta nuestros días es que Beneharo fue claro y tajante: no entregaría su territorio a ningún extranjero. Igualmente dejó clara su sumisión a Imobac Bencomo.
Mientras una parte de los hombres se dedicaban a trabajos de fortificación, ese mismo día del 2 de mayo y sin que lo supiese Beneharo, Alonso Fernández de Lugo ordenó a 60 hombres, fuertemente armados, que emprendieron una excursión barranco arriba y, por sorpresa, atacaron un pacífico poblado guanche logrando capturar, en este asalto, a 140 aborígenes entre mujeres, niños y unos pocos hombres jóvenes así como un considerable número de cabezas de ganado (cabras y ovejas).
A los castellanos esta operación les resultó muy sencilla pues los guanches en edad de pelea se encontraban en su mayoría en las zonas de alta montaña con el resto del ganado pastando en los lugares próximos a la Gran Montaña Blanca Echeide (Teide).
El resto de la expedición volvería al campamento base con los prisioneros e inmediatamente son embarcados en una nave ante el llanto de mujeres y niños. Alonso Fernández de Lugo ordenó que fuesen conducidos, sin tardanza, a la Gomera pues sería un regalo para su futura esposa Beatriz de Bobadilla para que los enviasen a los mercados esclavistas de España. El dinero obtenido por la venta de esos desgraciados quedaría bajo custodia de la Bobadilla hasta que llegase Alonso a recogerlo.
que recorriesen el norte para descubrir posibles poblados aborígenes.
Mientras que el resto de esta expedición llegaría hasta Tegeste (actualmente Tegueste) pero volvieron sin descubrir a nadie salvo algunas cabras sueltas que apresaron y se las llevaron como botín.
El camino estaba despejado para invadir el norte de la isla.
Cuenta D. Juan de Bethencourt Alfonso:
«Mientras las tropas se ocupaban con febril actividad a ponerse al abrigo de un golpe de mano, dispuso el general en la misma mañana que el capitán de a caballo Gonzalo del Castillo, con 20 jinetes y 30 peones, practicara un reconocimiento hasta la vega de la laguna, de donde retornó con algún ganado que pudo apresar; a la vez que dio lo comisión al ex rey de Canaria D. Fernando Guanarteme, fuera a requerir a Beneharo, mencey de Anaga, del que estaba desconfiado se le incorporara en virtud del tratado secreto que tenían; no enviando ningún recordatorio a Añaterve de Güímar por haber recibido una embajada de salutación».
"... Las noticias con que volvió D. Fernando Guanarteme respecto a la actitud del mencey Beneharo no eran favorables; y por esto al siguiente día, 2 de mayo, tornó Guanarteme a dar con el mencey de Anaga y consiguió viniera al Real de Santa Cruz a celebrar una conferencia con el general Lugo, del que resultó serían enemigos. También el mismo día había ordenado el general al capitán Martín de Alarcón, que con 60 soldados de a pie y de a caballo llevara sus exploraciones hasta descubrir el Valle de Tegeste, de donde regresó con la nueva de que no encontró ser viviente en el camino".
En las negociaciones, el de Lugo comprendió que, para dominar la isla tendría que acabar con el Mencey de Tahoro pero para ello había que atravesar bastantes kilómetros hasta llegar a su menceyato (el norte de la isla). Por ello decidió partir cuanto antes a su encuentro. Sabía que podría estar movilizando a su pueblo para una defensa y era mejor no darles tiempo a ello.
3 de Mayo de 1494.
El día 3 de mayo de 1494, se celebraría en el campamento una solemne misa de "acción de gracias" y tomando posesión de la isla en nombre de los Reyes Católicos, los castellanos bautizan al lugar conocido por los guanches como "Añazo", el nombre de "El Real de Santa Cruz". De esta forma quedaría fundado el campamento base. Los castellanos ya habían ganado el tiempo suficiente como para acabar la fortificación y así prevenir cualquier posible ataque por parte de los aborigenes. El primer paso estaba dado: una fortificación construida con piedra seca a modo de defensa improvisada, justo donde se encuentra hoy en día la "Plaza de San Telmo" ya que sabía que la reacción de los guanches no se haría esperar tras el fracaso de las negociaciones.
Ese mismo día 3 Alonso Fernández de Lugo, en el Real de Santa Cruz, celebraría la festividad de la Cruz, festividad que desde entonces se viene celebrando hasta hoy en día.
CONTINUARÁ
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